Así se refiere Fernanda Silva, de la Universidad de Guadalajara, a la FCC. Junto con otras estudiantes extranjeras rescatan como positivo la relación de cercanía que construye el docente con sus estudiantes y creen que la modalidad de cursado es más “útil”.
Ilse Valeria Gutierrez Camacho (UNAM, México), Lesly Coronoa (UNAM, México), Elena Fogli (Uni. Bologna, Italia), María Zarandona González (Univ. Guadalajara, México) y Fernanda Silva (Uni. Guadalajara, México) llegan puntuales a las 10 para comenzar la reunión de despedida.
Cecilia Ulla y Luciana Moriondo del Área de Relaciones Internacionales, las están esperando. Luego se sumará Corina Echavarría, secretaría de Planificación. El diálogo es distendido y les permite a las chicas contar su experiencia en Córdoba y en la Facultad de Comunicación.
Elena, que vino de Italia, dice que allá el cursado es diferente. “Aquí hay que venir a clase, hacer trabajos prácticos, rendir el final. En Italia no es obligatorio, solo el final. Allá es más fácil, pero aquí más útil para los estudiantes”.
A María le costó entender que son los alumnos regulares, promocionales o libres. “Lo pregunté como 15 veces”, dice y se ríe. Le gustó el contacto con el profesor que pudo establecer en el Seminario de Derechos Humanos, “porque además pudimos relacionar con casos de México, como el de Ayotzinapa”, cuenta.
Fernanda quedó sorprendida con el movimiento de la Facultad. “Esta es una escuela de comunicación de verdad”, dice. “En México tenemos un edificio nuevo al que asistimos120 alumnos. Aquí todo es más relajado, hay movimiento en los pasillos, muchos carteles”. “También se sintió una cercanía diferente con los profesores. Al principio me pareció gracioso que compartieran el mate, pero es un punto rescatable”.
Ilse habla muy rápido y cuenta que llegó una semana tarde al comienzo del cuatrimestre y que le costó “enganchar la onda”. Ella está cursando las últimas materias de su carrera y cuando regrese las va a validar para recibirse, por lo que vivió la experiencia con mucha presión a diferencia de sus compañeras.
“¿A qué vinimos a estudiar o a viajar?”, le lanza Lesly. Ella está convencida que la experiencia de intercambio tiene mucho de poder viajar y conocer otros lugares, además del paso por la academia.
En este sentido, la secretaria de planificación de la FCC, habla de lo importante que es la formación de redes, durante estas estancias de intercambio. “Las universidades también han sido colonizadas, y tenemos que priorizarnos nosotros como latinoamericanos, tenemos que aprender a reconocernos entre nosotros”, afirma.
Todas rescatan que los cordobeses son muy cálidos pero que no lograron construir vínculos más importantes con sus compañeros, sino entre los integrantes de los grupos de intercambio o con personas por fuera de la facultad. Después de los finales, tomarán el avión que las regrese a sus ciudades natales.