La Mona: ayer, hoy y siempre | FCC

La Mona: ayer, hoy y siempre

Tres estudiantes de la FCC realizaron una tesis que reflexiona, a través de un producto audiovisual, sobre la vigencia del líder popular más influyente de Córdoba.

 

 

Es una calurosa noche de febrero y María del Rosario, de unos 35 años, llega en su renoleta a las inmediaciones del "Monumental" Estadio Sargento Cabral, en el popular barrio de San Vicente, Ciudad de Córdoba. La acompañan algunos amigos y su pequeño hijo, Rodrigo, de seis. La multitud que va llegando a la fiesta de carnavales hace del tránsito y del estacionamiento un caos. El camino a la entrada del show es un mar de familias: padres, hijos y abuelos juntos, van con ropa colorida, muchos cargando bombitas de agua para el momento en que termine el espectáculo central de la noche: el show de Carlitos "La Mona" Jimenez.

Luego de varias horas de bailar y divertirse, La Mari (como le dicen a María del Rosario) lleva al pequeño Rodrigo hasta el camarín de La Mona. El Sargento es un horno, y el camarín parece un sauna.  Rodrigo se encuentra por primera vez con La Mona que está muy transpirado. Se saludan y el artista tiene un gesto que quedará grabado para siempre: choca su pulgar con el del pequeño y le dice: "te voy a transmitir toda la buena onda de La Mona".

25 años después, Rodrigo Gaitán no olvida aquel encuentro con su ídolo, el de la música y la cultura con la que se crió. Cuenta detalles y le tiembla la voz. Hoy terminó su carrera universitaria poniendo todas las herramientas técnicas y teóricas para develar por qué el fenómeno de La Mona sigue tan vigente como hace 30 años, y se transmite de generación en generación.

La Mona es tesis

Son las 14 puntuales y Rodrigo, tal como fue acordado, espera para la nota. En la siesta húmeda y soleada del bosquecito de la Facultad, se sienta en los banquitos para conversar. Hace solo cinco días que presentó la tesis, y dice que le da “mucha nostalgia volver".

“Siempre pensé que mi tesis iba a ser sobre La Mona". Cuando le comentó la idea a sus compañeras, Mayra Giménez y Florencia Molayed, no lo dudaron. Los tres comparten el gusto por el cuarteto.

En la tesis sostienen que la conexión que genera con el público es parte de un ritual, que es el baile. A pesar de seguirlo durante muchos años, Rodrigo se sorprendió en el transcurso del trabajo: "me llamó la atención la cantidad de gente a la que La Mona le determina la vida. Gente que quizás tiene un rato de felicidad cuando lo escucha, o cuando va al baile el fin de semana. Hay un tipo en Córdoba que le determina la vida a un montón de gente, y desde mi punto de vista, es el líder popular más influyente de la sociedad cordobesa."

Respecto al vínculo con sus fanáticos, Rodrigo destaca que la forma en que La Mona se comunica es muy poco común. "Poder verlo todas las semanas, que te reciba si querés sacarte una foto, que te reconozca personalmente no sucede con otros ídolos. La Mona tiene un grupo de doscientos o trescientos seguidores a los que conoce  por nombre y por barrio, y los nombra en cada baile".

El trabajo final incluye seis entrevistas: tres a fanáticos, dos a académicos y a un profesional, para no tener una sola mirada. Hablaron con Enrique Virdó, de la cátedra de Psicología de Masas, de la Facultad de Psicología; con Claudio Díaz, un sociólogo de la Facultad de Filosofía, y con  Santiago Gianola, que es el conductor radial más popular entre los seguidores de La Mona, quien además lo conoce mucho y lo acompañó en su gira por España.

"Creo que hay una similitud entre La Mona y Maradona; muchos medios se enfocan en los aspectos negativos de estos líderes populares. Nuestro producto estaba enfocado en abordar su vigencia, lo que genera en el público y viceversa.”

Proceso “accidentado”

Al igual que el último año de La Mona (en el que falleció un fan durante un show), el proceso de la tesis fue "accidentado". "Nuestra primera reunión de tesis fue en agosto de 2016, y en septiembre La Mona anuncia que se va a operar. Ya habíamos decidido empezar a generar permisos para filmar adentro del baile, para tratar de tener una entrevista con él”.

En octubre el cantante suspende su actividad y finalmente pospone la cirugía por razones de salud. Realiza un par de bailes más y vuelve a confirmar la operación y a suspender las actuaciones. “En todo el proceso atendía muy poco a la prensa, y nosotros avanzamos con lo que podíamos. Nos costó mucho conseguir los permisos, así que terminamos incluyéndolo en la tesis a través de archivos. El tribunal de resaltó que nuestro trabajo contenía archivos de 30 años atrás hasta la actualidad".

Generaciones de fans

"En el baile de La Mona es muy común encontrar a una madre o un padre con su hijo o su hija. Una entrevistada nos dijo que su pasión por La Mona se la inculcó su abuela. Nosotros creemos que esta vigencia se debe principalmente a cuatro factores: la identidad que genera con sus seguidores, la comunicación, el mensaje de sus letras, y la conexión que logra con su público. Esto último es difícil de explicar, hay que estar en el baile para verlo".

El joven periodista afirma que cuando La Mona sale al escenario, "los rostros se dibujan de felicidad;". Dos de los tres fanáticos que entrevistaron fueron a verlo a España, se endeudaron, uno vendió el auto... "Hay como una cultura del aguante, de la "banca", porque los fanáticos van a verlo cuando él toca en otras provincias. Los seguidores nos decían que la conexión es como entrar en un trance, es una cuestión de energía que el ídolo le transmite a ellos, y ellos al escenario".

"Al que le interesa los social y lo que tiene que ver con la cultura popular, tiene que ir a un baile de la Mona y ver lo que genera en sus seguidores", agrega.

El encuentro 

Aunque desde aquella primera vez que se encontraron, Rodrigo no volvió a reunirse con La Mona, el ídolo cuartetero ya se enteró de su recibida y le mandó un video saludándolo y felicitándolo. Dentro de un par de sábados, el Rodri y sus compañeras van a ir a entregarle un ejemplar del producto audiovisual en el Monumental Sargento Cabral. Quizás se saquen una foto. Quizás vuelvan a unir los pulgares.