Juan Cruz Taborda presenta: El corazón sobre sus ruinas. Crónica de una reforma que fue revolución | FCC

Juan Cruz Taborda presenta: El corazón sobre sus ruinas. Crónica de una reforma que fue revolución

En el marco de la Cátedra Abierta de la Reforma, se presentará el libro "El corazón sobre sus ruinas. Crónica de una reforma que fue revolución" del escritor cordobés, Juan Cruz Taborda Varela. Será el día 23 de agosto a las 18 en la Facultad de Ciencias de la Comunicación.  La presentación estará a cargo de Roy Rodriguéz Nazer, escritor y egresado de la FCC.

Se trata de una crónica que revive los acontecimientos ocurridos durante la Reforma del 18. Su gesta, sus protagonistas, la historia de una revolución que nunca se contó. La Reforma dejó decenas de enfrentamientos callejeros, cientos de detenidos, brutales represiones policiales, heridos de bala y al líder estudiantil más destacado al borde de la muerte por el ataque de dos jóvenes que llevaban una cruz en la mano derecha y rebenque y cachiporra en la izquierda. La Reforma de 1918 fue la disputa explícita entre dos Córdobas. Esa historia es la que cuenta El Corazón sobre sus ruinas. 

El periodista, escritor, egresado de la FCC y ferviente hincha de Belgrano cree que "volver a Comunicación cada vez que puede o lo invitan no sólo es satisfacción, es obligación moral".

¿Cuál fue el puntapié para comenzar a escribir este libro?

- Faltaban dos años para el centenario, se cumplía uno de la presentación de mi anterior libro y la gente de la editorial, en una noche de brindis por la repercusión de ese primero, me preguntó mis planes. Tenía uno: una historia que comienza en Karl Marx y termina con la desconocida primera dama cordobesa que continúa desaparecida -no es ficción-. Pero se venía el centenario y, pretendido conocedor de la Reforma, plantee indagar en qué aportar a todo lo que ya se ha dicho y escrito. No hizo falta raspar mucho para saber que el día a día, el cómo, el cuándo, los quiénes, la sangre derramada, nunca habían sido contados para que lo leyera todo el mundo. No fue un descuido. Es parte del proceso de ocultamiento sobre la Reforma.

¿Por qué elegiste como género la crónica?

- En primer lugar, porque es el género mayor del periodismo, donde ingresan todos los demás géneros. Pero fundamentalmente, porque es donde me siento cómodo y creo poder aportar algo. Me gusta contar historias y pretendo, en ese ejercicio, no ponerme límites ni surcos ni nada que condicione el estilo. El periodismo -la crónica- es exhaustividad -chequear tres veces el mismo dato-, pero también es poesía: la Reforma fue ciencia y fue idilio.

¿Cómo realizaste la investigación?¿Se presentaron dificultades en cuanto a la investigación?

- Me basé exclusivamente en documentos de la época. Mi anterior libro, la biografía política de Gustavo Roca, el hijo de Deodoro, además de documentos de todo tipo, incluyó unas 70 entrevistas. En este caso fueron suficientes 3 entrevistas para saber que ése no era el camino: cada cual contaba la Reforma de acuerdo a su mirada particular. Y a mi no me interesaban las interpretaciones, me interesaban los hechos. Desestimé las entrevistas y me fui a las hemerotecas de Córdoba: la Voz, Los Principios, La Gaceta y telegramas. Después de reconstruir el día a día, el contraste con todo lo publicado. Ahí saltan las mentiras y mitificaciones. Fueron dos años de leer diarios de un siglo de vida. La dificultad es cuando, desde el poder, se miente la historia. El resto es parte de la aventura.

¿Está dirigido a un público en especial?

- Está escrito en tiempo presente y al decir de algunos presentadores del libro -Presman, Gordillo, Requena-, se lee como si estuvieras viendo una película. Alguna vez di clases particulares de Historia y me gustaba contarles el pasado a lxs alumnxs de ese modo: un film. Parece que lo llevé a la escritura. También muchxs me han dicho que habría que pensar una serie para Netflix: eso me da la pauta que es accesible para el gran público. Soy el único universitario de una familia múltiple. Ni mis 4 hermaxos, ni mi padre ni mi madre, ni mis abuelos y abuelas pudieron ir a la Universidad. Yo sí. Soy un privilegiado y un gran deudor. Quienes protagonizaron la Reforma pretendieron, entre otras cosas, que la Universidad sea popular. Aún no lo es. Espero que, al menos, la historia de esa lucha, ahora sí lo sea.  

¿Que importancia tiene presentar tu libro en la Facultad de Ciencias de la Comunicación de la UNC?

- Sé que buena parte de lo que soy, que es bien poco y esa es mi responsabilidad, se lo debo a la vieja ECI. Mientras algunxs muchxs huían espantadxs de la Universidad de los '90, expoliada y abandonada, muchxs nos quedamos sabiendo que era eso o la nada. En esas clases sin aulas y con docentes mal pagos aprendí de la plusvalía y de la dependencia, pero también cómo endurecer el cuero, ganar las calles, reclamar, exigir y romper algún vidrio si hacía falta -del modo que lo hicieron lxs reformistas, que hicieron uso de un vandalismo sencillamente hermoso, como escribió alguien en 1922-. Volver a Comunicación cada vez que puedo o me invitan no sólo es satisfacción, es obligación moral.

¿Cuando descubriste la Reforma Universitaria?

- En la secundaria aprendí mucho de la Guerra de Secesión y de los espartanos, pero de la reforma nada. En el cursillo de ingreso a la ex ECI, en el '96, vimos algo, mal, pero algo. La FUC se encargó de distribuir, ese año y para darnos la bienvenida, un cuadernillo que tenía en tapa la foto icónica de la toma de la Universidad en el '18. La propia FUC, parida de la Reforma, decía que la foto era del 15 de junio en el Clínicas. Erraban día y lugar. Descubrí, desde entonces, la historia mal contada de la Reforma. Que va de la mano con la historia mal contada de Córdoba.

Cuando elegiste el nombre: "El corazón sobre sus ruinas". ¿Cómo fue el proceso?

- Inicialmente se iba a llamar Y es violenta, que es otro extracto del Manifiesto. Escribir es un proceso solitario, pero darle forma al objeto final no. De la editorial me pidieron buscar alternativas. Ante esto seguí buscando en el Manifiesto. Cuando Deodoro escribe eso, lo hace para representar que pusieron, lxs reformistas, sus propios corazones sobre las ruinas de la Universidad para refundarla. No hay otro modo de hacer una revolución que poner el corazón, aún a costa del mayor de los sacrificios.  

¿Se viene el tercer libro? 

- No acostumbro a adelantarme. El tercero iba a ser el segundo: una historia real que conecta a Marx con Córdoba y un gobernador radical que se hizo guevarista con una esposa que colaboraba con Montoneros, más la hija peronista de un reformista antiperonista y la nieta secuestrando empresarios explotadores, todos juntos en esta Córdoba de sotana. Pero se me cruzó una historia más reciente, de los '90, tragedia y convertibilidad. Ya veré. Por suerte, cuando juega Belgrano y por 90 minutos, me olvido un poco de todo.