Patricia Altamirano presentó su postura sobre los ejes transversales que afectan a la UNC, con foco en el género y la extensión. La candidata de AVANZAR destacó la importancia de los saberes del campo social. [10.05.2019]
La candidata a Rectora por el frente Avanzar, Patricia Altamirano, afirmó que “no existe tensión alguna” entre masividad estudiantil y calidad educativa. La noción de calidad “es medida con parámetros extranjeros”, lo que nos lleva a obviar que “el sistema de universidad pública, con ingreso irrestricto, es único en el mundo. Es una perla que deberíamos exportar”, aseguró.
En cuanto a la masividad estudiantil opinó que es una característica de una universidad inclusiva y democrática. Sin embargo, se necesitan transformaciones para que “sea una fiesta y no un dolor”. Dichas transformaciones implican una mayor infraestructura y un aumento en la currícula de docentes, así como también las figuras de lxs adscriptxs y ayudantes alumnxs en el rol de “pares que enseñan a pares”.
También se adentró en la temática de la deserción estudiantil, considerándola como un problema que debe solucionarse a través de generar nuevas estrategias de retención, conocer las causas por las que se abandonan los estudios y generar un proyecto para volverlos a incorporar. Asimismo, contempló que cada persona llega a la facultad con una historia de vida y una trayectoria distinta, por lo tanto, para muchos sectores este lugar académico se piensa como un espacio diferencial, con expectativa y esperanza.
Además, recalcó que el hecho de inscribirse, ir a clases y transitar por las aulas tiene un valor significativo y debe ser tenido en cuenta por la Universidad. “El abandono no significa fracaso”, dijo. La mayoría de las veces tiene otras significaciones y, ante esto, la Universidad tiene que hacer un esfuerzo y valorar cada recorrido.
“Valorar los saberes de afuera”
Al hablar del área de extensión, Altamirano expresó que la Universidad necesita “dejar de mirarse el pupo” y debe reconocer los conocimientos que se encuentran afuera de las aulas. Sobre esto, afirmó que la extensión es la herramienta central para armar una red de articulación con los conocimientos que están fuera de la universidad. Así, planteó la necesidad de mapear los intereses y necesidades que se encuentran en la comunidad, para “encontrar los saberes que deberían invadir la universidad”.
A su vez, la candidata aseguró que, para que esta área tenga lugar en la conformación del perfil profesional, es “imprescindible una estrategia global de curricularización de la extensión”. De este manera, planteó la necesidad de que las prácticas extensionistas sean transversales a toda la carrera y que debe establecerse la obligatoriedad de las mismas en la trayectoria de cada estudiante.
Asimismo, mencionó que, para promover el área de extensión, es necesaria una redistribución del presupuesto, donde no se busque quitarle financiamiento a otras áreas, sino aumentar veinte veces lo destinado a extensión. “No sostendría el criterio de distribución del presupuesto, ya que no ha cambiado en los distintos rectorados. No hay un incremento sustancial con respecto a la extensión”, afirmó. Actualmente, la Universidad cuenta con 32 becas de extensión para todas las facultades. En este sentido, Altamirano considera que hay hacer una profunda transformación, ya que estas becas son centrales para promover la extensión en la formación estudiantil.
Mucho más que un comedor
Con respecto a la situación actual del Comedor Universitario, reconoció la necesidad de establecer un doble turno. El eje central, más allá de la ampliación de la infraestructura y el aumento de las raciones, fue reivindicar, desde su experiencia, al comedor como la “expresión vivida de los estudiantes siendo ciudadanos universitarios”. En ese sentido, destacó su importancia como un espacio de confluencia para estudiantes y profesores de las distintas facultades, donde más allá de la alimentación se incitaba al estudiante a pensar: “En mi memoria, era un lugar donde las organizaciones debatían, iban filósofos, había performances. No era sólo nutrición, sino una nutrición a la enésima potencia”.
Por último, la candidata, expresó que el género “no es un elemento de exclusión que tenemos que incluir. Se trata de una mirada de reflexión que interpela la extensión, la investigación y las políticas de democratización de la Universidad”.