El viernes se realizó una entrevista abierta que tuvo como protagonistas a Emiliano Fessia y a Marité Sánchez.
Una puesta en escena. Dos entrevistados, dos cámaras y luces para generar un ambiente cálido. El aula 6 de la Facultad de Comunicación se convirtió por el lapso de dos horas en un estudio de TV.
La actividad contó con la participación de estudiantes del Taller de Lenguaje III, del turno tarde, de Análisis Institucional I, de cuarto año y de Organizaciones Sociales y Educación, del Profesorado en Comunicación.
“Fue una oportunidad para contribuir desde la Facultad a la construcción colectiva de la memoria, por la verdad y por la justicia, articulando acciones con las cátedras”, dijo la docente Corina Ilardo. De esta manera, “se pensó la entrevista y su puesta audiovisual en términos que desarrollamos desde el Taller”.
Los estudiantes tuvieron que realizar una producción previa para conocer el tema, a la entrevistada y al entrevistador y poder formular preguntas.
También les propusieron que analizaran cuestiones técnicas, como la disposición de las cámaras e iluminación. Luego, estos contenidos serán revisados en las clases siguientes, al igual que la producción periodística para la realización de una entrevista.
La docente valoró la “posibilidad de escuchar a Marité Sánchez quien reúne experiencia y trayectoria comprometida con los derechos humanos”. Al mismo tiempo que apreció la “atención genuina sostenida por la mayoría de los asistentes hasta el final de la entrevista”.
Sentada entre el público miraba atenta Micaela Fe Lucero, estudiante del Taller. “Me pareció una buena manera de introducirnos en el mundo de la entrevista audiovisual, una manera didáctica y atractiva”, comentó luego de finalizar la actividad. “Disfruté especialmente la charla de Marité. Fue muy cálida y abierta, y me gustó como vinculaba en su relato aspectos de su vida íntima y cotidiana con los hechos históricos”. Micaela dijo que se quedó con ganas de seguir hablando con ella.
Sobre los protagonistas
Emiliano Fessia es integrante de la agrupación HIJOS, dirige el Espacio para la Memoria y la Promoción de los Derechos Humanos La Perla y es docente en el Seminario de Derechos Humanos de la FCC. Antes de concluir la entrevista a Marité resaltó que “podemos acceder de alguna manera a la historia nacional, a través de historias de vida personales”. Luego, calificó de “muy buena la convocatoria y la posibilidad de profundizar en una historia de vida”.
Marité Sánchez es abogada y querellante en causas de delitos humanos. Sobreviviente de un campo de exterminio, ex presa política, testigo y madre en cautiverio. Además hasta el 2015 se desempeñó como docente del Seminario Comunicación y Derechos Humanos de la FCC.
Extractos de las respuestas de Marité Sánchez:
- “Somos una generación atravesada por golpes de Estado. La violencia en el país no empezó en los 70. Pero en esa época todos los días alguien contaban que habían matado a otra persona”.
- “En enero del 76 golpean la puerta de mi casa. Veo un muchacho que parecía un vendedor ambulante. Yo había sido vendedora de libros de una editorial española. Cuando abro estaba lleno de uniformados y me preguntaron dónde estaba mi esposo. No me buscaban a mí. Me dijeron que me tenían que llevar y cuando veo que los autos no tenían patente digo: “yo no entro ahí”. Me agarraron de los pelos y me metieron al auto. ¿Qué hacemos con el paquete? Escuché que decían. Me llevaron a la D2. Me vendan, me atan y me sientan a un banco. En mi casa estuvieron viviendo una semana, se robaron todo, se comieron todo”.
- “En el 83 analicé los distintos proyectos y decidí votar por Alfonsín. Creía que él iba a ser que se juzgara delitos cometidos durante la dictadura. En el 73 voté a Cámpora. Fueron años de mucha participación de la juventud”.
- “Me fui a Santa Fe y sentí mucha tristeza antes de volver a Córdoba porque seguían matando compañeros. Hablé con mi hija y le dije que quería volver”.
- “Desde que volví a Córdoba intenté entrar a Derecho. Tuve que iniciar un expediente para que me dejaran volver a cursar. Logré entrar y tuve que rendir todas las materias de nuevo. Encontré a compañeros exiliados y un día me contactó una persona que venía de Inglaterra y con otros seis conformamos Amnistía Internacional. Era una militancia grupal.
- “Por esos años concursé para la Cátedra Derecho Federal e Internacional Público. Dentro de esta última rama están los derechos humanos. Entré a la cátedra y la titular me informó que se iba a hacer un seminario. Se hizo en el Obispo Mercadillo. Cuando llegué estaba sentado Menéndez. Hablé con ella para pedirle que se fuera y me dijo que si quería que me fuera yo. Redacté una nota de renuncia porque no iba a estar en una cátedra donde hubiera miedo y silencio. Los alumnos me buscaron para que no me fuera y armamos una cátedra B. Con posterioridad se creó el seminario de Relaciones Internacionales que se reconvierte en el de Comunicación y Derechos Humanos”.
- “El juicio duró 4 años pero la causa mucho más. Fue un gran esfuerzo que esa causa llegara a un juicio. Fue mucho trabajo demostrar que hubo un plan sistemático de desaparición forzada de personas y robo de bebés. La sentencia lo reconoce. La sentencia vino a dar calma y una caricia después de tantos años de pedir justicia sin haber hecho venganza.
- “El juicio también permitió probar que en Córdoba el plan sistemático de desaparición de personas se aplicó con anterioridad al Golpe”.