La Facultad de Ciencias de la Comunicación tuvo este jueves una jornada histórica. Por primera vez desde su creación como Facultad, en diciembre de 2015, Ciencias de la Comunicación tuvo la oportunidad de elegir sus autoridades; y fue además la primera vez que todos los claustros eligieron a sus representantes en forma simultánea: decanx y vice, consejerxs directivxs, y consiliarixs. Lxs estudiantxs, por su parte, eligieron las autoridades de su centro de estudiantes.
“Esta elección es el cierre de un ciclo de 35 años en los que luchamos por el reconocimiento de Comunicación como facultad, independiente de Abogacía, y hoy finalmente hemos concluido esa etapa, que fue el fruto de una lucha colectiva de la que todxs fuimos parte. Ahora comienza otra era, en la que también tenemos desafíos importantes para poner a nuestra Facultad y a nuestras carreras, en el lugar de vanguardia que merecen tener” sostuvo Mariela Parisi, decana normalizadora de la FCC y electa en los comicios como la primera decana de Facultad por el 83% .
Las mesas de votación se abrieron a las 8, pero la jornada había comenzado muchas horas antes, quizás meses antes cuando las agrupaciones comenzaron las tradicionales rutinas electorales: encuentros de militantes, reuniones entre dirigentes de agrupaciones que aspiran a constituir frentes electorales, reuniones de junta electoral y largas jornadas de diseño de afiches, folletos, sesiones de fotos y pasadas por los cursos. Debates improvisados en cada pasillo, urgentes operativos para ocupar con carteles los pasillos del edificio e interminable cantidad de actividades culturales, fiestas o recitales que son la excusa para el encuentro y para transmitir algún mensaje.
Toda la intensidad que va aumentando jornada a jornada, no se compara con la del día de las elecciones. Desde la noche anterior, candidatos estudiantiles tapan con papeles blancos los nombres de las agrupaciones que figuran en los afiches que quedan en el interior del edificio, intentando así sortear las normas que regulan la veda electoral. Candidatxs graduadxs y docentes realizan llamadas de último momento confirmando la asistencia de los egresados y profesores. Los nodocentes puede que tengan una noche más tranquila, quizás por compartir tantas horas de trabajo juntxs, para entonces ya han conversado y agotado los diálogos en pos de sumar adhesiones a las propuestas de lxs compañerxs.
En la madrugada del 17, las agrupaciones estudiantiles realizaron la tradicional “vigilia”, acampan y duermen en las inmediaciones de la Facultad. Se trata de una costumbre que nació para cuidar los carteles y los espacios de difusión obtenidos por cada grupo, pero que con el tiempo se convirtió más en folclore que otra cosa. “Acá hace varios años ya que nos respetamos todxs” dice un militante de una agrupación mayoritaria, muñido de colcha y almohada bajo el brazo durante las frías últimas horas del 16. “Varias agrupaciones hacen la vigilia y hay buena onda, se conversa y se generan buenos anécdotas. En otras facultades también hay vigilias pero a veces son solo de los grupos que manejan el centro, o se generan tensiones entre los grupos. Comunicación eso no pasa.” agrega otro joven militante.
Con las primeras luces de la fría jornada, la Facultad se abrió y los responsables no docentes y docentes van y vienen organizando todo lo necesario. Mesas, urnas, carteles informativos sobre los lugares de votación y los padrones correspondientes. Poco a poco, abrigados estudiantes van poblando el edificio y acampando con mesas, carteles y banderas, la plaza seca del mítico “bosquecito”, hasta que todo parece una feria improvisada llena de carpas y colores. Basta que alguien con apariencia de estudiante se acerque a las inmediaciones de la Facultad, para que militantes estudiantiles, apostados en cada uno de los ingresos al edificio los aborden para preguntarles si saben donde votan, o si quieren que les den alguna información (oportunidad que aprovechan también para un último intento de orientar el voto, camino a la urna).
El día transcurre sin sobresaltos pero con tensión, nervios. Los teléfonos, al rojo vivo, son el último recurso de las agrupaciones para reforzar la asistencia de lxs amigxs que aún no concurrieron. Por momentos, todo parece más tranquilo y los fiscales aprovechan para contar el número de votantes que ya sufragaron, o comer algo. De a ratos llegan oleadas de electores que se agolpan y forman largas colas. Salvo contadas excepciones, no hubo inconvenientes con el sistema de boleta única, y el trámite de votar se realizó con fluidez.
El sol comienza a ocultarse y el flujo de participantes se hace más intenso y apurado. se acerca la hora de cierre y los militantes combinan en su rostro los nervios y el cansancio, adrenalina pura. Cuando finalmente se hacen las 20 las autoridades de las mesas identifican a los electores que ya están en las filas de las mesas de votación, los últimos que podrán participar de la decisión antes del cierre del comicio.
Son las 20, nervios… último elector… muchos nervios… Afuera del edificio comienzan a escucharse los cánticos y los bombos de las agrupaciones estudiantiles, cruzan gastadas en a viva voz, pero también, se estrechan la mano y se felicitan unxs a otrxs previendo o calculando los resultados.
Adentro de las aulas sigue el conteo, a medida que los resultados van saliendo los cánticos se encienden o se calman, hay caras alegres y otras tristes, o preocupadas. El escrutinio de algunas mesas definen partes importantes de la elección.
Finalmente, una a una, las mesas se van definiendo y la FCC define sus nuevas autoridades. La decana normalizadora, Mgter Mariela Parisi, y la secretaria de coordinación, Susana Morales, obtienen un contudente respaldo del electorado para ser la primera fórmula decanal elegida en forma directa por todos los integrantes de la comunidad de la Facultad. Con casi 1800 votos, Parisi y Morales conducirán la FCC los próximos tres años.
Poco a poco, el escrutinio va terminando y los estudiantes abandonan el aula donde hicieron su tradicional recuento de votos de Centro de Estudiantes. Arcilla conducirá un año más el CECI. El sonido de los cánticos y de los bombos le da el paso a una música más relajada, y el bosquecito adquiere una fisonomía más relajada, un poco más silenciosa.
Ha finalizado una jornada histórica en la FCC, una jornada que es el fin de un ciclo de décadas de lucha de nuestra institución por la autonomía administrativa, por la independencia política de otra facultad, y por el reconocimiento de la comunicación como un campo específico del saber. Con la elección de las nuevas autoridades, Ciencias de la Comunicación es oficialmente una Facultad más, hecha y derecha, entre las demás Facultades de la Universidad más vieja del país. La misma que hace cien años luchó por por una reforma que estableciera el cogobierno, por una universidad más comprometida y vinculada con la sociedad. Una Reforma que luchó y ganó, para que en las universidades latinoamericanas tuviéramos jornadas democráticas como la que la FCC tuvo este 17 de Mayo.